viernes, 22 de agosto de 2014

Estrés, el de la mala prensa. (Introducción)


Autora: Lic. María Eugenia Parla

MN: 50339
MP: 96610


El estrés, antes llamado Síndrome General de Adaptación, es una respuesta fisiológica de nuestro organismo ante una demanda que nos resulta excesiva. Nuestro organismo, gracias a millones de años de evolución, nos brinda un plus de energía para una situación especial en donde necesitamos reaccionar rápidamente, una situación en donde nuestros recursos habituales no son suficientes.
Si nos remontamos a la prehistoria, donde estábamos constantemente rodeados de depredadores, es evidente que la raza humana no hubiera podido sobrevivir nunca sin este mecanismo.
Entonces, ¿Porqué pensamos en el estrés como algo malo? El estrés no es algo malo de por sí, sólo cuando se abusa de el. A nadie le hace daño un poco de adrenalina y cortizol en sangre (sustancias que liberamos en el organismo ante una situación estresante), el problema radica en volverlo cotidiano. El estrés crónico o distrés es el que resulta nocivo para nuestra salud física y psicológica.
¿Quien es el culpable del estrés crónico?
Quitándole todo el misterio al asunto, diré que la culpable es en parte la cultura y en parte nuestra cabeza.
La evolución cultural fue mucho mas rápido que la biológica y hoy nuestro organismo reacciona ante un despido, por ejemplo, de la misma manera que ante un tigre de bengala a punto de atacarnos.
El ser humano es un ser social, al cual la cultura empuja a cumplir con ciertos estándares. Podríamos decir por nombrar algunos; exito, riqueza, belleza, poder entre otros. Cada cultura determina lo que es bueno, o malo, lindo o feo, deseable o no, como debería ser y que debería hacer una persona y estamos constantemente influenciados y guiados mediante pautas en su mayoría implícitas. Sólo basta con encender la televisión un momento y prestar atención para tener decenas de ejemplos.
Otra gran culpable del estrés crónico es la manera en la que procesamos la información. Esto es muy importante; a veces se nos olvida que lo que percibimos no es la realidad en sí. Las personas sesgamos la realidad, es decir, hacemos un recorte subjetivo que se basa mas en nuestra experiencia y nuestro estado de ánimo, que en un análisis exhaustivo de los hechos. Esto filogenéticamente nos trajo algún tipo de ventaja adaptativa, nos hizo reaccionar mas rápido y con un menor gasto de energía. Por eso lo conservamos. Imagínense si por cada cosa que pensamos o hacemos tuviéramos que analizar el total de la información (que muchas veces ni siquiera es accesible) y replantearnos todo en todo momento. Claramente no tendríamos tiempo para hacer otra cosa, ni ganas...
Entonces, si los estresores (que son aquello que causa el estrés) tienen que ver con la interpretación de una demanda que resulta excesiva, podríamos plantearnos si podemos ver la situación de una forma alternativa. Otra opción podría ser aflojar con nuestras exigencias personales (que no es lo mismo que no tener ambición), relativizar la importancia de alcanzar un estereotipo impuesto por la cultura. Se trata de una negociación, un equilibrio. Tener en cuenta los síntomas que genera en nuestro organismo el estrés crónico, prestar atención para luego plantearse; ¿vale la pena arriesgar mi salud por esto?
En otra entrada estaré brindando herramientas más especificas para el manejo del Estrés. Muchas gracias